Nosotros seremos lo que los dos queramos que seamos,
pero yo seré lo que te de la gana mientras me ames.
¿Sabes el porqué no me dejas, el porqué no te marchas?
Nosotros seremos lo que los dos queramos que seamos,
pero yo seré lo que te de la gana mientras me ames.
¿Sabes el porqué no me dejas, el porqué no te marchas?
Lo único que tengo dentro de mi
capaz de ser más fuerte que cualquier maremoto,
es mi amor hacia ti.
Aquí me hallo, sentada a tu vera, ya sea a tu lado o a los pies de tu cama pero contigo. Ese sentimiento de congoja me acompaña aunque la paz llena la habitación, una paz un tanto extraña pero reconfortante a la vez, algo que hace prever que el desenlace no será tan doloroso pues tienes a mucha gente que te quiere y te lo dice cada día.
Nos empeñamos una y otra vez en buscar solución a los problemas, queremos saberlo todo, controlar todo lo que nos rodea por pequeño que sea. Salimos a todos lados planeando hasta el más mínimo detalle: con quién, qué haremos, dónde iremos, a qué hora, cómo iremos. También llegamos a controlar con quién o quiénes vamos para no encontrarnos con nadie conocido (o al revés, hacernos el encontradizo con esa persona). Nos hacemos preguntas como: ¿qué vamos a comer? ¿cuánto dinero llevo en la cartera? ¿tengo gasolina en el tanque? ¿qué me pongo?… y un sinfín de preguntas, algunas inimaginables. Mi única pregunta, la única que me surge al imaginarme tal situación es:
A la mañana siguiente…
– ¿Y quién es ese chico, Lucía? – le preguntó a su cliente mientras se encontraba sentado en su silla negra con el respaldo alto, su pierna derecha sobre la izquierda y su bloc de notas apoyado para tomar nota. No obstante, no descuidaba a Lucía, que era observada por encima de sus gafas de pasta negras.
Con la cabeza pesada como un plomo y sin sentir ninguna parte de su cuerpo, despertó entre una oscuridad infinita. Abrió los ojos, despacio y con miedo por no recordar dónde se encontraba ni qué era lo que había sucedido. Para su sorpresa se encontraba tendida en una especie de camastro y un hombre se hallaba sentado frente a ella, estaba mirándola. Tras sentirse observada notó vergüenza y se apresuró en incorporarse pero, al hacerlo, notó que se humedecía su pecho con lágrimas que empezaron a rodarle por las mejillas.
Hola hola, querido lector. ¡Alegra esa cara que ya tenemos nuevo post! Lee hasta el final y no te olvides de sonreír. ¡Allá vamos!
La gran mayoría de las veces, tanto tu como yo, nos hacemos ilusiones cuando conocemos a una persona y nos cae bien: comenzamos a hablar y parece que nos entiende en todo, que nos comprende y eso, como no, nos ayuda y nos alegra. Seguidamente comenzamos a hablar con más asiduidad, e incluso llegamos a quedar para conocerle, sin saber que, de esta manera, está entrando en nuestra vida tanto como nosotros en la suya. Hasta ahí bien: continuamos conociéndonos tanto nuestros defectos como nuestras virtudes, aunque los defectos se hacen más de rogar por eso del «miedo a que se vaya y nos quedemos como al principio de estar sin él o ella».
Buenas buenas pequeños soñadores.
Hoy me he propuesto agitar un poquito esas mentes. Ven y sumérgete conmigo en este nuevo post. Allá vamos.
Muchas veces en la vida nos encontramos ante bifurcaciones, un cruce de caminos, un momento de determinación que cambiará nuestro futuro escojamos el sendero que escojamos.
Web de Gema Albornoz
Realidad convertida en letras
Seleção de Poesias
UNA HISTORIA DE LA LECTURA PERSONAL
Periodismo, escritura, yoga
Lo que hoy tenga en mente. Mañana no sé.
Historias de una adolescente.
Poesía | Mindfulness | Podcast
Estas letras pueden parecer una perturbación, pero son escritos, cuentos, o narraciones largas que salen de los cabellos al abril el baúl de los recuerdos. "El baule" del abuelo.
🕶Web Oficial🕶
it's about photographing what's inside
Mai Murialdo
5 de cada 4 lectores recomiendan este blog
Realidad convertida en letras