La amistad como arma de doble filo

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Lo intenté,
le prometo a cada estrella del universo
que lo intenté con todas mis ganas,
pero fue inútil.

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Tengo un secreto

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A veces lo único que necesitamos
es que alguien nos saque una sonrisa.

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Fuiste amado por alguien que odiaba a todo el mundo

Si alguna vez en tu vida te he dicho que te quiero,
he luchado por no perderte,
he secado alguna lágrima tuya
o te he sonsacado sonrisas a coquillas,
tengo algo que decirte.

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El amor me ha hecho débil y me da igual

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Si aceptar que siento es parecer débil, me consideraré la persona más débil del universo.

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Regresa si sonreíste al recordarme

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Ella tomó el silencio de él como un: «no me importas».
Él tomó su ausencia como un: «ya tiene a otro».

@NocheSinCafé

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La carta de mi amiga

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Hola, soy yo.

Te preguntarás porqué hago esto y te lo explicaré si no dejas de leer. Aguarda unos minutos, no te robaré demasiado tiempo.

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Uno de mis amores más sinceros

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Perdona si no me entusiasma verte
y mucho menos saludarte.
Perdona mi impertinencia si al verte
aparto la mirada hacia otro lado.
Perdona si le digo a todo el mundo
que no me hable de ti.
Lo cierto es que, si hago todo eso,
es porque no quiero que estés en mi vida.

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Cuando un amigo se va

Hola hola, querido lector. ¡Alegra esa cara que ya tenemos nuevo post! Lee hasta el final y no te olvides de sonreír. ¡Allá vamos!

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La gran mayoría de las veces, tanto tu como yo, nos hacemos ilusiones cuando conocemos a una persona y nos cae bien: comenzamos a hablar y parece que nos entiende en todo, que nos comprende y eso, como no, nos ayuda y nos alegra. Seguidamente comenzamos a hablar con más asiduidad, e incluso llegamos a quedar para conocerle, sin saber que, de esta manera, está entrando en nuestra vida tanto como nosotros en la suya. Hasta ahí bien: continuamos conociéndonos tanto nuestros defectos como nuestras virtudes, aunque los defectos se hacen más de rogar por eso del «miedo a que se vaya y nos quedemos como al principio de estar sin él o ella».

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