Un desayuno con el diablo

Después de muchos años,
volví a sentarme frente a ti
sin otro cometido que hablar contigo.

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Como siempre y para siempre

Te siento en cada abrazo, te veo en cada amanecer.

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El vestido azul y la camisa de popelín

Ayer me enamoré de un vestido.

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No estoy preparada

Esto lo escribí la primera vez que te dije de ir a desayunar solos y después te dije que no podía.
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Nunca supiste sostener mi mano

Realmente llevo un mes sin hablar contigo
y lo único que he sentido ha sido paz.

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É urgente amar

La importancia del amor propio
solo me deja a las claras
la verdad que posee el título

del libro que estoy leyendo:
«Es urgente amar».
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Cerrando heridas



Todos los comienzos son duros
y quizá esto solo sea el inicio,
la prueba más certera
que se sincera ante el corazón
con las manos vacías
mostrando que no tiene nada nuevo
que enseñarnos.

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Ser padre en el antropoceno

En este mundo cada vez más loco, insalubre y peligroso,
¿quién se atreve a ser responsable del declive?

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