
No me echas de menos.
Quizá debería ser yo la que tendría que sentirme mal
por no hablarte y ser tan mala,
pero resulta que tú tampoco te acercas
ni pones puentes en nuestra comunicación.
Qué curioso que ni siquiera
te interese cómo estoy,
con lo mucho que dices quererme.
Todo esto puede ser debido
a que la hipocresía
es lo único que caracteriza tu amor hacia mi,
y es que
aunque insistas en que es amor,
hasta el más tonto se daría cuenta que no es cierto.
Disfruta de tus vacaciones en familia.
Ojalá algún día entiendas cómo he llegado a quererte,
mientras tanto yo le daré a otra persona que de verdad me quiera,
el amor que debería haber sido para ti.
Algo me dice que terminaré dándote las gracias.