– ¿Y así es como me lo pagas, durmiendo con este tío que no me llega ni a la suela del zapato? Lucía, por favor… no seas ilusa. Solo te quiere para follarte. Pero yo no, yo te quería – le dijo sosteniéndole su cara con la palma de las manos.
– Pero… – titubeó ella.
– No, Lucía. Yo te quería y te quiero. Vuelve conmigo – la interrumpió Leo.