Hoy, como siempre, estoy pensando en ti,
ya lo dijo Eros.

Bien es cierto que con el paso de los días
y las semanas
sin recibir noticias tuyas,
me doy más cuenta
que está siendo una mera elección diaria
el no hablarme
y mantenerte alejado de mi,
por lo que no debería
inmutarme ni lo más mínimo
ni preocuparme por ti,
de hecho no debería pensarte más.

Qué ironías tiene la vida.
Debería dejar de pensar en ti
porque hace mucho tiempo
que tú ya decidiste olvidarme.

Por suerte para ambos
hace mucho que el destino no nos cruza,
algo que agradezco profundamente en los días pares,
pero que maldigo en el resto de días.
Solo por el mero hecho de no sufrir ataques de ansiedad
cada vez que me encuentro fortuitamente contigo.

Qué desasosiego más perenne.

Me has obnubilado la psique…

A pesar de no saber cómo salir de ti,
poco a poco lo estoy consiguiendo
y me pongo más en valor,
a pesar de lo que pudiera parecer.
A pesar de extrañarte profundamente.
A pesar de soñar contigo cada noche.

Aún siento cómo mis dedos se entremezclan
entre los mechones de tu pelo.

¿Qué me hiciste?