La construcción

Creo que jamás me había sentido tan mía.

Mi yo del pasado se estaría muriendo por dentro
de solo comprobar cuánto he cambiado
respecto a mi misma y,
aunque aún me cueste
quererme y respetarme
como debería,
tengo que reconocer que hay aspectos
de mi propia vida
en los que no me asemejo a mi yo del pasado.

Durante estos años en los que me he dedicado
a hablar mucho más conmigo que con el resto,
a aprender a escucharme y a hacerlo,
a valorarme (o al menos a intentarlo),
me he dado cuenta que me caigo genial
y eso es impresionante y precioso.

He conseguido moldear mi carácter hacia donde quería
y es cierto que me queda muchísimo de mi por pulir,
y creo que jamás llegaré a alcanzar la perfección,
pero tampoco lo pretendo.

Construirse es un camino tan largo y tedioso
que la mayoría de las veces te cansa y te consume,
pero te reconforta cuando te das cuenta
que lo que antes te hubiera afectado,
ya no tiene ese poder porque tu fortaleza mental
es capaz de hacerle frente a la decisión
que te afecte lo que quieras y en la medida en la que quieras,
porque no hay que permitirse pasarlo mal por el mero hecho
de tener un mal momento vital.

Construirse es un camino que
muchas veces
hay que recorrer solo.

La soledad es una compañera ocasional
sin la que no podríamos ver con la perspectiva necesaria
todo lo que nos acontece y,
a su vez,
no podemos abusar de su presencia
porque corremos el riesgo de aislarnos
por completo del resto de personas
que también nos nutren.

Ahí también entra el poder de elección,
porque por mucho que pensemos a veces que no,
en nuestro poder está el elegir con quiénes compartimos
nuestras venturas y desventuras,
pero no por ello vamos a ser mejores
o peores personas,
simplemente hay que seleccionar
el grado de toxicidad que queremos en nuestra vida,
las cualidades necesarias que necesitamos
en cada momento de nuestra vida
y saber poner límites,
barreras,
frenos,
incluso con las personas que queremos.
Esos límites son necesarios incluso para nosotros mismos,
cuando sabemos que no nos estamos tratando como deberíamos
y nos obligamos a parar,
reconsiderar nuestra voz interior
y volver a fomentar el amor propio,
que jamás será menos importante que el amor hacia los demás.

Construirse es una tarea vital preciosa
que solo valoramos cuando miramos hacia atrás,
y nos damos cuenta de lo que hubiera pensado nuestro yo del pasado
si un martes a las ocho de la noche te comes una hamburguesa con un refresco
y un paquete de papas viendo la tele porque ese día lo necesitas y crees que te lo mereces.
Porque la culpabilidad también podemos apagarla de vez en cuando,
eso de ser perfectamente fit es una moda
y hay veces en las que malcriarse y darse un capricho
es tan necesario como un abrazo.

Las mejores cosas de la vida no son cosas,
son mirarse al espejo y decir:
«esa arruga es nueva pero es mía y la quiero».
Aunque para eso hace falta pasar unos cuantos niveles de amor propio.

Quizá esté en el top del nivel ultra pro de quererse a uno mismo,
pero no porque no estemos en ese culmen
tenemos que dejar de intentar
superarnos a nosotros mismos a cada día que pasa.

Debemos dejar soltar eso que éramos y ya no somos,
debemos de analizar nuestro comportamiento
para dejar de herirnos sistemáticamente,
debemos respetarnos sin machacar todos nuestros defectos
y empezar a valorar nuestras virtudes,
enfocarnos en quiénes queremos ser
para lograr acercarnos cada vez más a esa persona.

No te mentiré,
habrá días en los que estés a años luz
y otros en los que solo camines un paso
a pesar de haber puesto todo el esfuerzo,
pero la recompensa de haberlo alcanzado,
siempre merecerá la pena.

Soy fiel defensora de equivocarse para aprender
y no de conseguirlo todo a la primera,
porque así acostumbramos a nuestro cerebro a esforzarse
en conseguir algo que solo el paso del tiempo
y la persistencia nos dará.

La inmediatez jamás será buena compañera,
pues lo único que consigue es viciarnos
a una irrealidad.

Construyámonos día tras día,
sin importar si conseguimos un 10% o un 85% más de lo que tenemos,
porque en cada uno de esos días
seremos nosotros mismos los que lo habremos conseguido
y siempre vendrán días mejores.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s