Amor en paralelo

Ayer fui a almorzar con tu yo de dentro de veinte años sin saberlo
y me quedé.

Quedé con esas personas que te encuentras en la vida
de manera fortuita
y con la que conectas,
aunque no desde un primer momento,
y a medida que avanzaba la conversación
me daba cuenta que no eran erróneos mis pensamientos
cuando la atracción era latente en mi.

Terminé diciéndole que me recordaba a ti
y evidentemente le hablé de ti,
pero también le hablé de nosotros.

Mi sorpresa fue que no me creí especial
porque me contó nuestra historia
vista desde sus ojos
y habiendo transcurrido veinte años más.

Tal fue mi perplejidad que no me quedó más remedio
que romper a llorar,
porque me di cuenta que él tampoco la había elegido a ella
si no que había optado por la opción más fácil
pero que, a pesar de ello,
no cambiaría su decisión por nada del mundo
y mi cabeza dio un vuelco.

Me recosté sobre mi espalda para ver la situación con distancia
y una perspectiva que me permitiera
salir del aturdimiento que tenía.

Fue entonces cuando miré a los ojos
a ese hombre poseedor de tu mismo carácter,
esa sonrisa socarrona
y cargada de matices,
pero también de miedos
y el secreto de un amor que pudo ser y no fue.

A pesar de poder haber sentido pena y lástima por él,
sentí una profunda admiración
por haber reconocido
que jamás fue capaz de ir a por ella
por mucho que lo hubiera deseado,
por mucho que la hubiese querido,
algo que a día de hoy no ha cambiado.

Para mi fue un golpe encontrarme contigo en otra piel
por no esperarte ahí,
fue un golpe no poder sostenerte la mano
y decirte que yo tampoco pude elegirte
pero que a pesar de ello pienso en ti cada día
y te quiero como si el tiempo no hubiera pasado
desde la última vez que nos vimos.

A pesar de yo no llamarme como la ella de él
ni él llamarse como tú,
siento una simbiosis perfecta entre nuestras historias
que me permitió perdonarte a través de él
y también perdonarme a mi,
por todo lo que jamás nos permitimos ser.

Y aunque tú jamás sepas que esta historia ha pasado
ni me respondas a los mensajes
porque actualmente tu marea está baja
aunque la mía esté de reboso,
te siento cerca de mi cada día
porque la distancia no significa nada
cuando el corazón es el que manda.

Sé que ninguno nos elegimos,
ni él a ella,
ni ella a él,
ni tú a mi,
ni yo a ti,
pero no me importa porque estoy segura
que el amor existe
aunque no se culmine.

Ese día fui a almorzar contigo
y me quedé a merendar
y también a cenar,
porque no podía volver a perderte
después de haberte encontrado.

Me hizo pensar que a veces buscamos el amor
cuando es un absurdo
porque es el amor el que acaba encontrándonos a nosotros.

Ayer,
hoy y mañana,
siempre serás mi historia de amor preferida.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s