Hoy doy las gracias por haberte perdido,
por haber decidido alejarme de tu lado
y haber aprendido a hacer lo que debía.
Hoy he despertado en otros brazos
y he comprendido la riqueza
que nuestra relación me aportó.
Ahora comprendo en qué momento
deja de doler el amor por ti
y he recompuesto
todos los pedazos que quedaron
después de lo que tuvimos.
No volveré
ni volverás,
y menos mal.
No te echo de menos
y espero que tú tampoco
me vuelvas a echar de menos.
Gracias por haberme permitido
conocer que había vida
más allá de nuestra destrucción
llamada relación.
Espero que ahora ella te quiera de verdad
y no como yo decía amarte,
porque ahora comprendo que no era así
y ni siquiera tenía que ver con el amor.
¡Feliz vida!
Obviamente yo también haré lo propio.
Te quise.