Esta vez sí

Pelo al viento

Sonó su móvil con el tintineo que lo caracterizaba: era él, pero ella ya no era la misma….
En otras circunstancias habría corrido a responderle con la cara iluminada como un sol de verano, se hubiera puesto a pensar de inmediato en lo que ponerse para sorprenderle (aunque nunca le dijera nada de su vestimenta) y no hubiera parado de saltar por toda la casa y decirle a todo el mundo, que se encontrara de camino a la ducha, con quién iba a salir. Pero eso ya se había acabado.

Había decidido poner punto y final (y no punto y seguido como siempre),a una relación mortífera para sus sentidos y su corazón pues sabía que, solo de esta manera, podría buscar a alguien que la quisiera de verdad y aprendiera a valorarla como se merecía.

Se acabó eso de recibir los mensajes de cortesía por su parte y sentir una desesperación interna por responderle al segundo,
se acabaron las salidas por pena,
se acabaron las carreras a la ducha cuando él la avisaba para verse,
se acabaron los detalles y regalos porque sí,
se acabaron esos mensajes para pedirle consejo,
se acabaron los mensajes subliminales para mostrarle lo que aún sentía,
así como las sonrisas incontroladas cuando se dignaba a mandarle un asqueroso mensaje (fuera el que fuera)…
Ella había despertado, era una mujer nueva, esta vez de verdad. Estaba preparada para ser la mujer en la vida de un hombre, la ÚNICA mujer.

Así que empezó por lo más fácil: ignorar su estúpida sonrisa, salir a la calle y olvidarle en otras caras, en otras palabras y en otros olores. También es cierto que necesitó litros de alcohol y música a un volumen perjudicial para sus órganos, pero su cerebro se lo merecía, esta vez sí. Fue capaz de mirar a través de sus propios ojos aunque el brillo la hubiese abandonado, pues sabía que llegaría de un momento a otro. No obstante se dio cuenta de su profundo error: dejar en manos de otra persona su ansiada felicidad.

Sus reglas a partir de entonces fueron: soltarse el pelo, ponerse gafas de sol, sonreír y al que quiera mirar que mire (¡pero los tíos lejos!). Decidirse por tenerse amor propio es una de las decisiones más acertadas que puede tomar una persona. Y es que había algo que tenía muy claro: «es peligroso cuando las mentiras empiezan a producirnos placer». No merecía ser tan fría que quemaba y tan rota que cortaba.

Ya nada podría hacerla cambiar de opinión, esta vez sí.

2 comentarios sobre “Esta vez sí

  1. Me gusta la narración directa sobre el final de una relación y sus consecuencias, de cómo afecta al estado de ánimo, por el vacío que resulta por el desamor, creo que no se puede luchar contra natura viviendo sin que exista un amor recíproco.

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    1. Es cierto que, si he entendido bien, quieres decir que todos vivimos con el lastre de un amor no correspondido pero podemos superarlo, podemos salir adelante y aprender de esa persona, aunque suene paradójico. Lo que si es verdad es que siempre se sufre por amor, ya sea correspondido o no, de la misma manera o no y, en algunos casos, con la misma intensidad o no. ¿Cuántas veces te ha pasado eso de no poder olvidar a una persona por mucho que puedas? Pensamos que no podemos, que no seremos capaces, pero «esta vez sí».
      Muchas gracias por tu comentario, Manuel.

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