Unos tragos de whisky

Te perdí y gané.

Me di cuenta tarde
y tuve que necesitar
tu actuación estrella
para comprobar
por mí misma
que no vales
ni la medio sonrisa
que se me formaba
al pensar en ti.

Tuve que tirarme
a la piscina
para entender
que eras más fantasía
que realidad,
y bendigo a la fuerza
que tuve
para hacerlo,
porque de no haber sido así,
ahora mismo
seguiría donde estaba:
idealizándote.

Para mi desgracia
me di cuenta
que el problema
es más grande
de lo que pudiera llegar a imaginar,
algo que no me deja en muy buen lugar
porque no me voy a quedar
para curar unas heridas
que no me corresponden,
porque probablemente
me perdería yo por el camino
por intentar mejorarte,
sin siquiera saber si tú quieres mejorar
porque consideras que tienes un problema
más grande que La Sagrada Familia.

No me voy a quedar para ayudarte
pero tampoco para ver
como te destruyes tú mismo.

Eres otra persona muy diferente
a la que me habías hecho creer.
Eso solo me hace darme cuenta
de lo triste que tiene que ser tu vida
para aparentar ser otra persona
con el fin que los demás se acerquen a ti,
porque si les mostraras como eres de verdad,
no querrían estar ni a un metro de ti.

Como ironía de la vida
añadiré que si esta situación
se me llega a dar hace seis o siete años,
probablemente me hubiera quedado
para intentar curarte las heridas,
mi espíritu protector y sanador
se hubiera avivado
de tal manera
que te hubiera puesto
por delante de mi,
sin darme cuenta que me estaría negando
a mí misma
la posibilidad de progresar en la vida
con tal de verte mejorar a ti.

Qué suerte que ya no sea esa persona
que se pensaba que podría cambiar
y, por ende, mejorar el mundo
con tan solo ponerle ganas y corazón.

Cuán equivocada estaba.

Cuánto me ha ayudado la vida misma
a convertirme en quien soy hoy.
Ni mejor ni peor,
si no más realista
y consciente de las situaciones.
Y eso que aún me queda muchísimo
por mejorar y crecer,
pero cuando uno echa la vista atrás
y analiza todo lo que ha crecido,
aprendido y vivido,
piensa en cuánto ha merecido la pena
la dureza del camino,
tan solo por las enseñanzas
que ha dejado.

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