
Mientras todos los planetas giran
absortos de todo lo que sucede a su alrededor,
existen cometas que orbitan
en sus inmediaciones
para intentar hacerse ver
y no pasar desapercibidos.
En ciertas ocasiones pasan más asiduamente
con la esperanza de no haber sido olvidados,
pero hay otras veces en las que pasan
y no se sabe cuándo volverán a hacer acto de presencia.
Es esa incertidumbre
la que consigue volver loco al más cuerdo,
ya que por muchas predicciones que se hagan,
es muy difícil saber cuándo volverá a sucederse ese acontecimiento
o si, por el contrario, volverá a suceder alguna vez más.
Más o menos así fue como pasó contigo cuando apareciste.
Este planeta había olvidado
la asiduidad con la que se sucedía ese paso,
había perdido la cuenta
de las veces en las que había mirado al cielo
esperando a que apareciese
algo parecido a una luz brillante y fugaz,
cargada de energía y sobriedad,
que consiguiese cegarle
y hacerle olvidar hasta su propia rotación.
Mientras tanto,
a millones de kilómetros
se encontraba una cantidad incalculable
de material espacial acumulado
haciéndose notar.
A pesar de la distancia,
parecía estar tan cerca
que ilusionaba la simple idea
de obtener un poco de esa materia espacial,
muy pocas veces encontrada e investigada.
Hay predicciones que hablan
sobre que Halley pasa cada 74 ó 79 años, aproximadamente.
Hay estudios que han logrado triangular
la posición exacta,
la masa,
la velocidad,
la composición,
estando a millones de kilómetros de distancia,
y resulta paradójico que yo no pueda decir lo mismo de ti,
viviendo en la misma ciudad,
conociendo tu aspecto,
algo de tus cualidades, capacidades y personalidad,
el tiempo que te has quedado otras veces
y que estás hecho de sonrisas, humor cuestionable y esa manera de mirar,
pero no soy capaz de predecir
cuándo volverás a pasar,
de cuándo estaré de nuevo en tu ruta de paso.
Quizá para el 2061 cuando Halley vuelva a pasar de nuevo,
quieras comprobar conmigo
que existen cometas espaciales
que surcan la galaxia
atraídos por las órbitas de un sol gigante que lo domina todo,
pero que también hay cometas terrenales
que surcan galaxias inmateriales tan grandes como mis pensamientos
y que son atraídos por la energía
de un casi sol casi gigante que no domina nada,
ni siquiera tu trayectoria.
Halley pasará de nuevo,
pero tú, ¿cuándo volverás a pasar?