Por atreverme a todo,
por haber pasado por dolores prematuros inimaginables,
por ser capaz de no rendirme jamás,
por saber soportar el dolor sentimental
casi mejor que el dolor físico,
por ser sentimental y sensible al dolor
a pesar de haber vivido y visto tanto,
por intentar mejorar cada día mi visión de la vida,
por querer seguir luchando cada día
aunque a veces se me agoten los motivos,
por ser leal aún a quienes me han hecho mucho daño,
por arriesgarme a saltar al vacío,
por continuar teniendo esa inocencia dentro de mi,
por cuestionarme a mi misma cada día,
por emocionarme cada día,
por ser capaz de dejarme llevar por los recuerdos
y teletransportarme a ese momento para sentir lo que sentía,
por intentar tapar lo que me ha herido
para construir nuevos caminos
(aunque eso no siempre lo consiga),
por ser capaz de olvidar lo que duele,
por dejar a un lado el rencor,
por seguir encariñándome de la gente
y no pensar en que tengan intenciones negativas,
por echarte de menos,
por renacer de mis cenizas,
por ser capaz de levantarme aunque me hagan caer
en los mejores momentos de mi vida.
Y a pesar de todo, sonreír.