Los suspiros son esa parte de ti que te abandona
reflejando todo lo que aún queda dentro de ti,
ese aliento que no puede evitar salir
haciendo alusión a una marabunta de cosas que se agolpan
en el pecho,
en los ojos…
Hay personas que siempre serán suspiros en tu vida,
que siempre representarán esa parte de aliento que te falta
para expresar todo lo que es suyo y llevas dentro,
pero que no sale.
Porque hay personas que no pueden contabilizarse como el resto,
no son un +1 en nada,
porque han sido esa excepción desde el principio,
ese «y si»,
ese dolor en el recuerdo,
esa traición a los sentidos.
Nunca estamos acostumbrados a que esas personas
aparezcan tan rápido como desaparecen de nuestras vidas,
porque quizá nunca dejamos de echarles de menos,
aunque ya no estén de la misma manera.
Quizá solo se trate del famoso hilo rojo
o quizá que cada persona que llega
nos marca de una manera diferente
y nos deja algo de ella cuando se va,
y así vamos conformando nuestra esencia.
Y, haciendo honor a su nombre,
así se van,
en un suspiro…
Pero que no te quepa duda que volverán,
en otro suspiro.