Agriétame más las grietas
y desdibújame las facciones
de mi cara agrietada.

Las grietas,
esas amigas que conocen nuestras desdichas,
que saben lo rotos que estamos
y lo solos que a veces nos sentimos,
que conocen nuestros dolores más profundos
y solo ellas son capaces de llegar hasta el final
sin necesidad de meter el dedo en la llaga.

Las grietas,
esas que se hacen cada vez más grandes
si no les ponemos remedio pronto,
que nos ahogan un poco más en sangre
por cada día que pasa.

Las grietas,
esas que nos duelen cuando olemos un perfume,
cuando pasamos por esa calle
o escuchamos esa canción.

Las grietas,
esas que nos hacen sentirnos débiles,
de las que no podemos escondernos,
que siempre sabrán qué hacer para hacernos sentir mal
hasta hundirnos en el pozo más profundo.

Las grietas,
esas que se disfrazan de amigas comprensivas
para taladrarnos la psique día tras día.

Y tú, ¿cómo de agrietado estás?