¿A quién no le gusta que le miren
como se mira a una pizza recién hecha?
La novedad,
tener a alguien diferente en nuestra vida,
que tengamos un mapa de zonas por descubrir,
infinidad de ilusiones,
ganas renovadas,
motivos para sonreír con luz en los ojos
y voz de enamorad@,
personas a las que conocer,
lugares por visitar de su mano,
fotografías por sacar y a cuál más bonita,
los deseos del principio.
Quizá por eso nos volvemos adictos al enamoramiento,
porque al principio no hay nada malo:
no existen vicios,
las manías pasan casi desapercibidas,
aún no existen discusiones
y los pequeños defectos
se llegan a tomar como algo gracioso y simpático.
Aún no se ha roto nada,
no se han soltado reproches
o pequeños insultos,
no se han producido grietas
ni heridas.
Quizá por eso todos somos un poco adictos al enamoramiento,
y quien diga que no
está mintiendo como un bicho.