Vi en él a todos los hombres
con la diferencia de que él es infinitamente mejor,
la luz que quiero que ilumine todos mis días,
la sonrisa que quiero que desborde todas mis fotos,
las caricias en el pelo
y en mitad de la espalda mientras el agua cae por su cuerpo,
el brillo de mis ojos en los suyos,
las ganas de recorrer juntos el mundo
y vivir aventuras aunque nos miren,
aunque nos tomen por locos por amarnos a ojos de todos.
Él es todos mis pasados mejorados,
la versión 3.0 en términos tecnológicos,
la manera sana de amar a alguien
que antes no había podido experimentar al completo.
Hombre de luces y sombras,
de contrastes
y una sinceridad desbordante
acompañada de una bondad sobrenatural.
Es cal y arena,
pimienta y sal,
el condimento esencial de todos los futuros
que hoy imagino.
Tú,
mi supernova terrenal,
aunque nadie lo sepa todavía…
por un amor infinito.