En el preciso momento en el que sus labios rozaron los míos,
todo volvió a recobrar sentido.
Yo que pensaba que ya sería inmune al amor,
me di contra un muro cuando te conocí
y ya de eso hace casi dos años.
Después de conocerte,
quería seguir conociendo cada poro de tu piel,
cada mueca o gesto por pequeño que fuese
y, casi sin darme cuenta,
me enamoré de ti.
Sin más, sí,
como se componen las mejores canciones,
desde el corazón hasta la partitura.
Los meses han pasado tan rápido
que solo me parece tiempo
cuando echo la vista atrás.
Aunque la magia del principio
solo dura unos meses,
todavía soy capaz de verte
y sentir que no hay un lugar mejor para dormir
que en tu pecho,
y que no hay mejor lugar para reposar mis labios
que sobre tu sonrisa.
Después de todo este tiempo,
aún me sigo haciendo la dura cuando discutimos
aunque, por mucho que me cueste reconocerlo,
todos mis muros se derriban
con un beso de tu boca.
Sea de día o de noche,
después de reproches o suspiros,
ningún beso sabe mejor que los que tú me das.
A pesar de todo lo que pasemos
sé que tu serás casa-hogar-calor-infierno-amor-noche-estrellas-atardeceres-risas-celos
y que solo contigo
se acabarán las discusiones
con el flechazo de una mirada.
Es curioso como el amor
puede hacernos pedazos
y reconstruirnos
en cuestión de minutos.