Tengo mil motivos para que nos llenemos de canas los dos
y cada uno de esos motivos esconde un plan para hacer a tu lado.
A pesar de los tirones de oreja,
de las noches en vela entre lágrimas por haber discutido,
de reprocharnos cosas que no deberían haber sido dichas,
de sentir que no pegamos ni con cola,
de tener ganas de tirar la toalla y secarme las lágrimas para seguir mi camino sin ti,
hoy estoy aquí para que sepas que todos los futuros que imagino
son contigo.
Ahora que duermes conmigo y puedo tocar tu piel,
que tu cuerpo puede convertirse en el mapa de lugares que quiero descubrir,
que no puede existir mayor elixir para la juventud que un beso tuyo entre sonrisas
y que te quiero por encima de todos los ‘te quieros’ que puedan ser dichos.
Ahora que me acaricias la pierna al conducir,
que cruzas tu mano con la mía al caminar y todo va bien,
que las horas siguen volando en nuestros relojes de bolsillo pero ya nada importa
y que podemos recorrer el mundo que nos cabe en la palma de la mano.
Ahora que tu cuerpo arropa mis lágrimas,
que tus suspiros me relajan el cuerpo,
que tus pasos se convierten en señales para mí
y que has encontrado la manera de dormir sin una luz encendida
porque ya estás tú para iluminarme.
Ahora que no necesito compartir los abrazos con nadie,
que hay un amor que es creado en exclusiva para mi,
que no existen ratos sino tiempo incierto para estar a tu lado
y que el motivo para que no te vayas es luchar por hacerte feliz.
Ahora ya existen más motivos para que te quedes que para que te marches,
quiero que te quedes y te pediré que lo hagas,
que te quedes y me dejes hacer lo que cada día se me da mejor:
quererte.