
Cuando la vida dice «no», a veces solo es «espera».
En momentos como el que vivimos me he dado cuenta que hay cosas que se han hecho más latentes, han cobrado más sentido y otras que, sin embargo, creía importantes e incluso cruciales, y han recuperado el status que deberían haber tenido desde un principio.
Amistades forjadas que se desvanecen
y que han dejado de importar,
aunque parecían que eran lo mejor que nos había pasado,
pero no…
quizá solo sería fruto de la coyuntura del momento
o la necesidad de atravesar algún camino de la mano de alguien
y por eso le elegimos o nos eligió,
pero su importancia es circunstancial.
Por otro lado, amistades ya de las que nos hemos desvinculado
que han cobrado un sentido especial
e incluso se han reforzado durante esta cuarentena.
En tiempos difíciles vemos verdaderamente el alma de las personas.
Personas que, a pesar del tiempo y la distancia,
te escriben, te llaman o te preguntan cómo te encuentran
y te dicen que te cuides.
La importancia de cuidarse y cuidar de los tuyos,
ahora que tenemos tiempo para ello.
De dedicarles el tiempo que se merecen,
de escucharles y prestarles atención,
de compartir momentos,
porque serán unas semanas que siempre recordaremos
y siempre será mejor recordar con una sonrisa.
El tiempo para nosotros,
para escucharnos,
para entender nuestros procesos,
para darnos el tiempo que nos merecemos
y cultivarnos por dentro y por fuera,
dedicarnos nuestras pequeñas rutinas necesarias
que habíamos dado por perdidas
o que habíamos anulado por falta de tiempo,
ese bien tan preciado que falta en este mundo histérico.
Tiempo para tomar una copa contigo mismo,
tiempo para leer ese libro que habías aparcado
por falta de todo menos de ganas,
tiempo para cuidarnos esas arrugas que nos salen por el estrés
y que, sigan ahí después o no,
nos ayuda a mimarnos un ratito todos los días delante del espejo,
porque cuán importante es mirarse delante del espejo cada día.
Tiempo para hablar,
pero sobre todo para escuchar,
para aprender lo más básico pero lo más importante.
Ojalá hiciéramos estas pausas de vez en cuando en la vida,
ahora que hemos llegado al fondo del meollo,
me he dado cuenta que son muy muy necesarias.
Porque, que no sea el momento,
no quiere decir que no sean necesarias.
Si esperamos por el momento perfecto,
jamás llegará.
Por eso hagámoslo ahora.
Increíble una artista de puño y letra 😊🤗👌
Me gustaMe gusta
Muchas gracias! Bienvenido a la familia
Me gustaMe gusta