Unas características amontonadas en una lista interminable,
otro fracaso amoroso,
otra cualidad más que odiar,
otra imperfección que descartar al más mínimo atisbo de aparición,
otra cualidad que tenía escondida de mí misma,
vuelta a la lista de características de hombre ideal.
tenía la certeza de que eras de verdad y real,
casi tan real como yo
aunque a veces ni siquiera me reconociera a mí misma.
No sabía quién era,
pues iba cambiando según con quien me juntara.
lo que había pedido con tantas ansias:
a ti y no a otro,
no a cualquier otro.
por haber dudado de tu existencia los últimos cabezazos,
perdona por haberte visto en los ojos de otros
que no te llegaban ni a los talones.
una caricia después del sexo
y, sobre todo,
a hacer el amor y no a simplemente follar.
Anda que no habré follado veces,
pero el amor solo lo he hecho contigo,
eso te lo aseguro.
mientras me sonríes,
mientras lloramos nuestro pasado en el pecho del otro.