Nos han inculcado la creencia de que debemos enamorarnos. ¿Tú te lo has creído?

Por encima de cualquier pensamiento, sentir y religión debemos elegir a una persona para enamorarnos y permanecer a su lado por el resto de nuestra vida y, si esto no pasa así, habremos fracasado.

Unos se pasan la vida buscando a esa «media naranja», al «príncipe azul» de los huevos o a «la princesa ideal». Algunos en bares, otros en redes para solteros exigentes… y qué les voy a contar que ustedes no sepan.

Y ahora dime que tú no has sido uno de ellos en algún momento de tu vida…
Incluso, aún no siendo un pensamiento puramente nuestro, nos lo hemos grabado a fuego en la mente… TANTO TANTO que vemos infeliz a alguien soltero y/o sin hijos.

¿En quiénes nos hemos convertido?

Vamos a imaginar por un segundo que todas las personas con pareja (jóvenes, mayores y ancianos, casados, arrejuntados y en pareja estable) son felices. Sé que es difícil pero imagínatelo.

Joder, pues yo me alegro por ellos. Es un logro encontrar a alguien que encaje contigo, que te soporte y encima que te quiera… ¡es un chollo! Pero… amigo mío, nada más lejos de la realidad.
Al igual que hay parejas que están felices juntas, también hay otras muchas que no lo son, pero aún así nos empecinamos en creer que «como tiene pareja, es feliz». Qué estúpidos somos o, mejor dicho, qué estúpidos nos hacemos.
Hay gente que, simplemente, no busca tener pareja. Se bastan con ellos mismos y es lícito.

Si eres feliz compartiendo tu vida con otra persona, enhorabuena;
si eres feliz compartiendo tu vida con un montón de personas, enhorabuena
y si eres feliz compartiendo tu vida contigo mismo y amándote locamente, enhorabuena.

Todos los tipos de amor deberían estar permitidos, sin miramientos, sin cortapisas absurdos ni teniendo miedo del qué dirán.
Al carajo la gente.

Sé feliz por y para ti.