Las mujeres no somos el juguete de nadie.
Hoy quiero romper una lanza por y contra.
Como todos saben hoy es 25N y, por si alguno no lo sabe, también es el día internacional contra la violencia de género. Es por ello que me gustaría romper una lanza por esas mujeres que han sufrido durante años la violencia machista, por las que aún hoy (en pleno siglo XXI) la sufren y por las que la pueden sufrir y no sabremos.
Pero también me gustaría romper una lanza contra esos maltratadores, machistas, psicópatas y asesinos que día tras día conviven entre los miembros de esta sociedad. No debería haber cabida para ellos en ninguna de nuestras vidas, ni siquiera pensar que en todos los casos pueda existir una reinserción. Con esto quiero decir que cada caso es diferente y cada persona es distinta a otra, pero jamás debemos permitir ningún tipo de maltrato de nuestra pareja, ni siquiera de alguien que lo ha sido o que todavía no lo es. Conocidos, amigos, parejas, ex-parejas y un largo etcétera entre los que se esconde ese grupo de personas indeseables que no merecen ser tratados con compasión.
Existe un grave problema en la sociedad actual y es la permisividad porque sí ante situaciones que no merecen ser pasadas por alto, que no pueden permitirse. Creemos que el amor es acoso, mirar el móvil del otro, controlar sus entradas y salidas, conocer en todo momento su paradero, saber con quién sale o no, vejar, humillar, celar, insultar, pegar… Y el amor es otra cosa, de hecho es totalmente lo contrario. Amar es acompañar en el camino a otra persona por el tiempo que los dos creamos que es mejor, es sonreír y llorar juntos, es enfrentar los problemas siempre de la mano, es dar libertad al otro porque se merece ser libre, está en su derecho como ser humano, es querer sin límites ni ataduras, es acariciar, mimar, cuidar, enamorar, aconsejar, respetar, confiar…
Porque hoy es una mala contestación, pero mañana puede ser una humillación en público.
Porque hoy dirás eso de «le puse nervioso, fue culpa mía», pero mañana puede volver a pegarte.
Porque hoy lo permites, pero mañana puede acabar con todo y matarte.
No es fuerte, no es una exageración, es realidad.
Si muchas más mujeres de las que hoy lo hacen, creyeran estas palabras, más de una no sufriría violencia de género. No obstante, si aún sigues sin creerme, cuenta las asesinadas por violencia de género en lo que llevamos de año (sea el mes que sea).
Si eres una mujer maltratada, pide ayuda.
Hay salida a la violencia de género.
No consientas más.
Ojalá este día jamás tuviese que volver a celebrarse.