Bienvenido o bienvenida a mi blog, antes que nada.

Me gustaría presentar el blog como un rincón en el que mostraré lo más profundo de mi, lo que no se ve con un golpe de vista cuando la gente me mira, lo que se esconde en lo más profundo de mí y nadie sabe. Y pensar que todo empezó con algo tan simple como es a disfrutar escribiendo, algo de lo que no todo el mundo puede presumir.       Me siento afortunada.

A medida que vayas leyendo, irás descubriendo un poco más de mí, de lo que tengo debajo de la piel, algo que no se puede notar con una caricia o una sonrisa correspondida. Reconozco que los comienzos son los más difíciles, pero este me resulta dulce y alegre, espero poder transmitirte la misma sensación y que, en algunos casos, te puedas ver reflejado. Comencemos desde el principio…

» Desde el momento en el que nuestras miradas se cruzaron, ella ya sabía que jamás me dejaría escapar de sus brazos y que esa conexión permanecería intacta entre nosotras por el resto de los tiempos. No sé cómo fue, ya no lo recuerdo, pero en mí aún queda vivo el amor que me dio con el calor de su piel contra la mía. En ese momento comenzaba mi vida y, con ella, nuestras aventuras como una pareja que no se forja en papeles ante notario ni con fecha en el calendario, nuestro amor es real y aún hoy permanece. Una madre es alguien a quién deberíamos amar y honrar, con quien deberíamos compartir cada momento de la vida y, ante su pérdida, también deberíamos permanecer honrando cada sonrisa suya con una de vuelta nuestra. Por eso comenzaré este blog el día de la muerte de una de las madres más cercanas que tengo: mi abuela. Te llevaremos siempre en la memoria pero, sobretodo, en el corazón.»