«Soy afortunada,
yo sé cuántos besos miden tus piernas.»
Las sombras se apoderan de su cuerpo,
la luz de la habitación ya no resuma por ningún rincón,
al menos no por ningún rincón que atisbe a simple vista…
Las lágrimas tibias recorren su rostro hastiado,
sucumbiendo al encanto de la más absoluta oscuridad
para sumirle en un fuerte y profundo dolor.
Nota como sus fuerzas ya le han abandonado,
su cuerpo se encuentra desfallecido por completo
y nada ni nadie logra sacarle de la situación en la que se encuentra.
Entonces es cuando recuerda la distancia que existe entre ambos…
exactamente dieciséis paradas de guagua,
cuarenta minutos
y treinta y siete calles.
Le llama pero no marca su teléfono
sino el número de besos que caben en sus piernas,
esos que una vez midió.
Reblogueó esto en A vueltas con las letrasy comentado:
Aparte de que me gustó y me imaginé esa escena, una sincera felicitación a este mundo en relatos por sus más de 5000 visitas, disfruten y pasen a conocerlo…
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gracias un fuerte abrazo.
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