El beso II

¡Hola a todos, camaradas! Ya estamos por aquí una semana más, con ganas de contarles cosas nuevas.

El post de hoy va dedicado a esas personas que me han dicho que querían saber cómo continuaba el relato de “el beso” (adjunto el enlace aquí) pero, antes de empezar, me gustaría pedirte algo (a ti que me lees). Dejaré una canción que tienes que escuchar mientras lees el post, ¿trato hecho? Canción

 olvídame

Me alejaba y, tocándome los labios con los dedos temblorosos, recordaba la manera en la que me acababa de besar, de esa forma tan suya… que ya era también parte de mí. Poco a poco me iba acercando cada vez más a la piscina, un pie tras otro, pero mi mente vagaba presa del beso, del mejor beso que había experimentado hasta entonces, casi podía sentirlo.

¿qué tal, ya se fue? – dijo una voz alarmada

… ¿eh?… ah, sí sí. No volverá – dije sin apenas pensarlo y, obviamente, mentí.

La cabeza se me iba, se me nublaba y solo notaba su cuerpo pegado al mío, su camisa mojada haciéndome prisionera de nuestro deseo unido en un solo beso, en un momento irreemplazable, con mi cabeza moviéndose al mismo tiempo que la suya, recibiendo cada caricia suya como si fuera el maná en medio del desierto, con las piernas tan frágiles como dos palillos.

En ese momento cogí el móvil y me dirigí al apartamento escribiendo un mensaje de texto, necesitaba saber cuándo volvería a verle, cuándo podría devolverle mi amor en un beso e intentar acercarme a lo que había sentido hacía menos de media hora.

“Me encanto verte, grax x venir. Cuando ns verems otr vez?”

Parecía desesperada y borré, escribí de nuevo pero mis dedos volvieron a repetir las mismas palabras, era lo que quería decir, no tenía más palabras para expresarlo. Con un “click” en el botón adecuado la pantalla me dijo “mensaje enviado”.

Mensajes recibidos, mensajes enviados, llamadas suyas, llamadas mías, risas, reencuentros, besos, abrazos, desconcierto, enfados, lágrimas y una despedida definitiva que se titulaba <<olvídame>>. Nuestra historia no fue un plato fácil de digerir, teníamos demasiado en juego y hubo alguien que decidió por nosotros lo que era mejor.

Desde que todo acabó no dejé de pensarle ni un solo día, todo me recordaba que habíamos existido el uno para el otro de una manera muy personal, que aún estaba latente aunque el tiempo se empeñara en separarnos. Ignorar a alguien a quien quieres no es fácil, pero lo es aún menos cuando sabes que, con una simple sonrisa, podría volver a suceder todo de nuevo.

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4 comentarios sobre “El beso II

    1. Muchísimas gracias, Ale. Pero no te creas todo lo que dicen, hay que experimentar el amor por nosotros mismos, no lo olvides. Pronto un nuevo post, ya lo verás.
      Un beso muy fuerte y gracias por seguirme cada semana, es un lujo poder contar contigo.

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  1. No encontré mejor final para tu relato que éste. Realmente es complicado ignorar a una persona que quieres o has llegado a querer pero son pocas las heridas que el tiempo no cura. Un saludo y sigue así 😉

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    1. Muchas gracias por el comentario, Borja. La verdad es que, si ya de por sí es complicado querer, olvidar muchas veces lo es aún más, pero no hay nada que el tiempo no pueda curar. Me alegro de que te haya gustado el post, porque mis dudas eran bastantes.
      Un beso.

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