Buenas tardes a todos los lectores y soñadores.

Después de la primera semana me he dado cuenta de que he logrado entrar en algunos corazones y remover alguna que otra emoción contenida. Algo que, sinceramente, me alegra enormemente. Gracias por la acogida y el aluvión de visitas recibidas, me consta que ya hay un grupito de gente que me sigue, ¿tú eres uno de ellos? Espero que sí.

En el día de hoy me gustaría relatar sin ofrecer explicaciones de lo que nombraré a continuación, puesto que no creo que sea necesario.

“No sé en qué momento decidí quererte. 

No sé bien si fue entre esas cervezas o cuando te noté aparentando naturalidad ante mis ojos. Tu mirada brillaba tanto que notaba la ilusión de que esa vez fuera la correcta. Tus planes para ese día estaban medidos al milímetro, hasta que esa rosa te echó los perfectos planes abajo. “¿Una rosa para ella?” y ya desnudaste tu primer miedo. Tanta vulnerabilidad en una simple mirada y mi espíritu de protección brotó, como si le hubiera caído un litro de agua encima. Desde ese momento supe que no, que no podía dejarte ir con un portazo o un mensaje en el teléfono. Te quise a miles de kilómetros y ahora te quiero a centímetros. Pero, lo cierto es que ya he aprendido a vivir con eso, con la sensación de quererte y no poder tenerte. Porque ya jamás podré tenerte, no de esa manera. Siempre pesará sobre mi conciencia el hecho de no haber podido hacer más, no haber cancelado planes para estar a tu lado, no haber coartado al corazón para no sentirte tan dentro… Qué estúpido es el amor cuando se siente de verdad por alguien que no te quiere.”

Si te ha gustado atrévete y comenta, ¿a qué esperas?